lunes, 8 de junio de 2009




La honestidad:


En el buen sentido de la palabra es la mejor base para sobrevivir para estar en paz con la comunidad y tener un buen punto de vista ante los demás, sin embargo el ser honesto nos ayuda a entender las normas básicas de todo lo complejo como saber que los demás no es nuestro, también que la honestidad hay que inculcarla en la casa y darle ejemplo a nuestros hijos.
Así como lo vemos en nuestro centro lo honesto y lo leal:
Es aquella cualidad humana por la que la
persona se determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma).
Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico,
objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para esconderlo. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta.
La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer



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